¿Ocupación, profesión?
Que cosa cuando uno tiene que llenar algún formulario en el que piden que aclaren ese Ítem, fácilmente uno podría esconderse detrás del empleado, o cuenta propista, etc. Pero no, hay algo que nos pide que no nos neguemos, entonces con mucho esfuerzo uno empieza a poner “Actor”, e intuye en la cara del receptor un… “no puede ser, si nunca lo vi en la tele”. Así es mis amigos, la ocupación de actor se legaliza en las marquesinas, esto no significa que sólo se es actor si se es famoso, pero en cierta medida la popularidad da como cierta chapa. Claro, entre nosotros es otra cosa, entre nosotros ser actor conlleva sus esfuerzos y también se exigen ciertos pergaminos, seminarios, talleres corporales, trabajos con la voz, etc. Pero no es ese el problema. La cuestión pasa por el simpaticón que en un casamiento, o en un bautismo, se atreve a preguntarte: ¿Y vos a que te dedicas? – Soy actor – ¿Ah, actor… y de que vivís?
Luego, si uno ha salido en alguna publicidad o ha pegado un par de bolos continuados, suele recibir el comentario de: “Vos sí que la haces fácil” y el interlocutor nos hace sentir el primer magnate del tráfico de armas y sustancias prohibidas por 20” de plano en una publicidad de talco para los pies. Así es este oficio, sólo se legaliza en el aquí y ahora de la actuación, no hay título que nos asegure un bienestar, no hay reconocimiento más que al propio trabajo. Por lo tanto mis queridos chichipíos, háganse una tarjetita personal, con su datos y ribetes dorados, y en el centro bien en el centro luzcan un “Soy Actor, ¿y qué?"
Que cosa cuando uno tiene que llenar algún formulario en el que piden que aclaren ese Ítem, fácilmente uno podría esconderse detrás del empleado, o cuenta propista, etc. Pero no, hay algo que nos pide que no nos neguemos, entonces con mucho esfuerzo uno empieza a poner “Actor”, e intuye en la cara del receptor un… “no puede ser, si nunca lo vi en la tele”. Así es mis amigos, la ocupación de actor se legaliza en las marquesinas, esto no significa que sólo se es actor si se es famoso, pero en cierta medida la popularidad da como cierta chapa. Claro, entre nosotros es otra cosa, entre nosotros ser actor conlleva sus esfuerzos y también se exigen ciertos pergaminos, seminarios, talleres corporales, trabajos con la voz, etc. Pero no es ese el problema. La cuestión pasa por el simpaticón que en un casamiento, o en un bautismo, se atreve a preguntarte: ¿Y vos a que te dedicas? – Soy actor – ¿Ah, actor… y de que vivís?
Luego, si uno ha salido en alguna publicidad o ha pegado un par de bolos continuados, suele recibir el comentario de: “Vos sí que la haces fácil” y el interlocutor nos hace sentir el primer magnate del tráfico de armas y sustancias prohibidas por 20” de plano en una publicidad de talco para los pies. Así es este oficio, sólo se legaliza en el aquí y ahora de la actuación, no hay título que nos asegure un bienestar, no hay reconocimiento más que al propio trabajo. Por lo tanto mis queridos chichipíos, háganse una tarjetita personal, con su datos y ribetes dorados, y en el centro bien en el centro luzcan un “Soy Actor, ¿y qué?"
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